
Licenciada en Psicomotricidad
@popipesqueira

Son infinitas las preguntas que surgen cuando desde el rol de terapeuta nos enfrentamos a niños con la condición del espectro autista. Es por ello que en estas líneas irán surgiendo ciertas cuestiones que buscaré responder.
Partiendo de que cada caso y familia es diferente, nuestra intervención como terapeutas se dará a partir de una aproximación a la historia clínica del niño, su familia y como se ha dado su desarrollo hasta ese momento del primer encuentro o entrevista inicial como le llamamos los psicomotricistas.
Sin muchas vueltas, la primera cuestión para introducir el tema es: ¿Qué es el trastorno del espectro autista? Abreviando TEA, es una condición del neurodesarrollo que afecta dos áreas de gran importancia para el desarrollo, siendo estas, el área comunicativa y social, por lo tanto, las señales que nos alertarán como padres y terapeutas serán en base a su conducta, actividades e intereses. Es importante tener en cuenta que esto es diferente en cada caso, ya que los factores serán determinantes frente a este trastorno.
Por otro lado, muchas veces cuando sucede el primer encuentro con los padres, hay una pregunta que se repite, ¿Tiene cura?: la respuesta es que el trastorno del espectro autista no es una enfermedad, por lo tanto, no nos gusta hablar de cura, pero si gracias a la intervención temprana, su desarrollo puede presentar una gran evolución y notorias mejorías.
Cuando hablamos de intervención, es importante tener en cuenta todas las dimensiones del desarrollo. Asimismo, resulta significativo involucrar a la familia, centro educativo y todas aquellas personas que estén implicadas en el desarrollo del niño. La importancia del trabajo en equipo es sin duda es un pilar fundamental para la intervención y la estimulación del desarrollo en estos casos donde se diagnostica TEA.
Sin dudas, la familia es el eslabón más importante, ya que estos son quienes conocen al niño como ninguna otra persona, por ello serán quienes nos brindarán información necesaria para dicha intervención. Si hay algo de lo que no debemos olvidarnos como terapeutas es la importancia de la escucha y mirada sin carácter de juzgar, es decir, será necesario recibir a aquellas familias desde un rol de escucha y empatía, ya que sin dudas no es fácil la asimilación o aceptación de que un hijo sea diagnosticado dentro del trastorno del espectro autista.
¿Qué herramientas pueden facilitar el día a día? Una de las maneras efectivas para trabajar la organización y los cambios del día son apoyos visuales, es decir imágenes que guíen y aclaren al niño ayudándolo a la organización temporo-espacial.
Finalizando, considero que sin dudas en la relación niño-terapeuta, la importancia que no debemos olvidar es la del vinculo que buscaremos generar para acompañar con mucho respeto y cariño, ya que nuestro objetivo inicial será mejorar la calidad de vida del niño.
A lo largo de la carrera como estudiante y actualmente ejerciendo el rol de psicomotricista y maestra, observé la importancia (y perdón si suena muy novelesco), de trabajar con paciencia, pero sobre todo con mucho amor. Lo prescindible que es abrazar, contener. Sin dudas que hay mucha teoría fundamental que nos ha guiado y formado para trabajar, pero de nada sirve si a la hora de encontrarnos con niños, en este caso que se encuentran dentro del espectro, no hacemos uso de los términos empatía, comprensión y paciencia.
Siempre, es mucho más gratificante lo que recibimos como terapeutas que lo que damos. Siempre, trabajar en equipo, junto a las familias va a ser la mejor opción.