Sofía Rodríguez en su gran momento: “No creo en el éxito fugaz”

Sofía Rodríguez es una de las caras más visibles de Canal 4. Actualmente se destaca como conductora de “Vespertinas” y es una de las figuras que más crece en las redes sociales. Su frescura y espontaneidad la convierten en la mira de importantes marcas.

Por Victoria Rapetti

Su inquietud y constante búsqueda de nuevos desafíos la han llevado a transitar diferentes caminos de la comunicación. Si bien Sofía Rodríguez afirma que es de las que trabajan sin pausa y sin prisa, en su carrera todo parece darse a gran velocidad. Es una de las caras más visibles de Monte Carlo Televisión, su imagen se hace fuerte en las redes sociales y además se ha convertido en una de las mujeres mejor vestidas de la TV uruguaya. Divertida, profesional, sofisticada y sexy, Sofí posó para CARAS Uruguay en las modernas instalaciones de Esplendor Hotel Montevideo, en Punta Carretas, y se animó a hablar de todo.

En los últimos años se convirtió en una de las comunicadoras con más pantalla en Canal 4. ¿Cuál ha sido la clave para lograr el éxito?

—Creo que es el fruto de muchos años de trabajo, esfuerzo, y de tomarme cada proyecto con mucho profesionalismo. Siempre creí en la lógica del paso a paso. Trabajar sin pausa pero sin prisa, dar pasos firmes, sin enloquecerme, porque todo tiene su momento. No creo en el éxito fugaz y repentino, porque con la misma velocidad con la que subís, bajás. Hoy está ese concepto del éxito ya, y no existe, o si lo lográs, en general, es efímero. Si querés perdurar en el tiempo tenés que ser constante. Este medio es muy vertiginoso y a veces no da tiempo a pensar en los objetivos o hacia dónde vamos. Es como que te lleva la ola, y eso no es bueno. Lo primero es entender que esta es la profesión en la que quiero trabajar toda mi vida, por lo tanto, cada proyecto tiene un porqué, un rumbo y un objetivo. Creo que esa es mi clave para lograr lo que me propongo.

—¿Qué es lo que más disfruta de su trabajo?

—Trabajar de lo que me gusta, de lo que elegí, de lo que estudié. Ese es un privilegio enorme y hace que uno viva más feliz. No me imagino levantándome todos los días para hacer algo que no me vibra, que me da lo mismo. Lo hice, tuve otros trabajos y por suerte pude volver a lo que me gusta. Ojalá pueda seguir siendo una privilegiada, trabajo todos los días para eso.

—¿Cómo es la química con sus compañeras de Vespertinas?

—Lo que pasó con Vespertinas fue increíble. No todas nos conocíamos personalmente, tampoco habíamos trabajado juntas y desde el primer día tuvimos muy buena química. El formato del programa necesita que así sea. Generalmente lleva tiempo conocerse, asentarse, y para nosotras ese proceso fue rapidísimo. Todas venimos de rubros diferentes y eso ayudó a que cada una tenga su rol y se sienta cómoda con su papel. La pre producción fue fundamental, nos ayudó mucho a crear un grupo sólido y eso nos hace sentir muy cómodas. La producción ayudó mucho a lograr ese sentido de pertenencia, de equipo y claramente la química se trasmite.

—En estos meses que llevan al aire, ¿qué evaluación puede hacer del programa?

—Muy positiva y estaba segura que nos iba a ir muy bien. Es una hora en la que hace muchos años no había producción nacional en vivo. Siento que los uruguayos querían algo así, quizás el ciclo de las telenovelas de la tarde estaba agotado y eso hace que nos reciban de muy buena manera. Por otro lado, estoy convencida que hacemos un excelente producto, con temas súper variados y eso tiene su encanto también. Manejamos los temas que nos importan a todos sin tapujos, ese es nuestro diferencial.

—Próximamente en otro canal comienza un programa con características similares a Vespertinas. ¿Le preocupa la competencia?

—No, para nada. La competencia siempre es buena y creo mucho en lo que hacemos, eso es lo más importante. Vespertinas llevó meses de pre producción, un gran trabajo creativo para lograr lo que hoy está en pantalla. Incluso en ese proceso, una de las integrantes de la propuesta del 12 hizo un casting para estar en Vespertinas. No sé exactamente cómo será la propuesta, ni cómo fue su proceso. Lo que sí puedo decir es que me alegra ser parte de un proyecto que apostó a un horario que estaba olvidado.

—En los últimos años experimentó muchos cambios a nivel físico, se le nota más preocupada por las cuestiones estéticas. ¿Es un requerimiento propio del medio laboral o fue una decisión personal?

—Comenzó como una decisión personal y después me di cuenta de que me veía mejor. Hace unos años me di cuenta de que estaba llevando una vida bastante sedentaria, hacía tiempo que no hacía ejercicio regular y estaba muy enfocada al trabajo. Fue un click, empecé a alimentarme mejor y a entrenar diariamente. Fue cómico porque siempre escuchaba decir a la gente que hacía ejercicio que una vez que entraba en el ritmo, no podía dejarlo porque lo extrañaba. Yo pensaba que era un divague. Lo cierto es que me pasó. Me enganché y enseguida empecé a sentirme mejor, dormía maravillosamente bien, me levantaba energizada, más liviana. Y cuando ves que el cuerpo reacciona es un gran estímulo para seguir.

—En las redes sociales se le nota muy relajada, a pesar de ser una figura pública parecería que le gusta mostrar su día a día “sin filtros”. ¿La asesoran con el manejo de las redes?

—Sí, hace un tiempo comencé a trabajar con Valentina Nirenbergy Alfonsina Almandoz para profesionalizar mis redes. Creo que en el momento en el que vivimos quienes usamos las redes como un canal de comunicación debemos profesionalizarnos. Las redes logran un acercamiento con la gente increíble, el vínculo es directo. Así como en la pantalla digo lo que pienso y me muestro tal cual soy, en las redes aplico el mismo criterio. Creo que cuando uno entra a Instagram lo hace para dispersar la mente, como una fuente de entretenimiento, pero también para ver cómo es determinada persona, qué está haciendo en el momento, qué se puso, qué experiencias recomienda. Para lograr eso, las redes deben ser lo más reales posibles. Si tuviera que estar en una pose permanente, no podría sostenerlo en el tiempo, sería agotador.

—¿Cómo se lleva con las redes sociales como “negocio”?

—Bien, lo manejo con cautela. Es un canal de comunicación por lo cual tiene que ser natural, y para lograrlo trabajo con marcas con las que me siento cómoda, que consumo y que puedo recomendar por experiencia propia.

—Su marido, Leandro Gómez, también es periodista. ¿Les gustaría llevar adelante un proyecto laboral juntos?

—Trabajamos juntos hace muchos años en Radio Sarandí. Después de eso, cada uno siguió en distintos medios. Pensamos en algunos proyectos pero nunca los ejecutamos. Creo que si lo hacemos, será un éxito.

** Esta nota fue publicada en la Edición Julio 2018 de CARAS Uruguay.

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